Sasja Wagenaar (1959) se inspira en sus bodegones monumentales en pequeños objetos cotidianos que retrata en toda su sencillez, pero al mismo tiempo riqueza. Paños de seda, cuencos de porcelana, irradian opulencia en la obra de Sasja. A menudo añade un detalle de la naturaleza: una rama de flor, huevos de codorniz o una fruta. Pinta con las estaciones y utiliza elementos de la naturaleza que están disponibles en el momento de pintar.

Hay algo ligero y fresco en las composiciones de Sasja Wagenaar. Sus pinturas contienen muchos contrastes finos y contrastes sin evocar inquietud.
Juega con las dimensiones, colores y texturas de sus objetos, retratándolos a veces sobre un fondo de ricas telas. Sin embargo, lo más frecuente es que opte por un fondo oscuro o claro sereno que centre toda la atención en el sujeto.

Sus obras son casi un homenaje a los bodegones tradicionales, pero con un guiño. Juega con contrastes como luz y oscuridad, viejo y nuevo. Sin embargo, las obras siguen caracterizándose por una cierta calma y serenidad. La belleza de los objetos se muestra en todo su esplendor.

Desde temprana edad, a Wagenaar le han fascinado las naturalezas muertas, sentarse y mirar durante mucho tiempo para absorber completamente una escena. Al buscar ella misma esta quietud, espera poder transmitirla al espectador. De esta manera, el espectador también puede experimentar un momento de paz y tranquilidad en el ritmo frenético de la vida diaria para mirar realmente bien y adentrarse en la belleza de los temas de Sasja Wagenaar.

La luz tiene una gran importancia en la obra de Wagenaar. Trabaja tanto con luz natural como artificial. Ella tiene dos lugares separados para esto en su estudio. Aquí suele trabajar en varios cuadros a la vez que se encuentran en diferente etapa. Por ejemplo, puede alternar pintar un fondo con partes muy detalladas. Wagenaar utiliza principalmente pintura acrílica, lo que significa que cada trazo debe ser correcto desde el principio. A diferencia de la pintura al óleo, tienes que trabajar rápido. De lejos, las naturalezas muertas parecen muy precisas y detalladas, pero cuando te acercas, destaca el toque ligero y lúdico que caracteriza su obra.

Sasja Wagenaar estudió en la Academia de Educación Visual de Ámsterdam. Tiene varias exposiciones a su nombre, tanto en el país como en el extranjero. Su trabajo también se puede ver regularmente en diversas ferias.