Según la historia familiar, los Buccellati entraron en contacto con el comercio de la joyería a mediados del siglo XVIII, cuando Contardo Buccellati trabajaba como orfebre en Milán. En 1903, Mario Buccellati revivió la tradición familiar, aprendiendo en el prestigioso Beltrami & Beltrami de Milán a la edad de doce años. En 1919, Buccellati se hace cargo de la firma, cambiando su nombre a Buccellati. La empresa empezó a crecer cuando Buccellati llamó mucho la atención en la Exposición de Madrid de 1920, cuando empezó a gritarle a una mujer que solo le pedía un descuento. Al día siguiente, cientos de personas visitaron su stand por curiosidad. Buccellati fue invitado a exhibir su obra en una exposición individual, que fue visitada por muchos aristócratas españoles y la familia real. En 1951, Buccellati se convirtió en el primer diseñador de joyas italiano con una ubicación en la Quinta Avenida en la ciudad de Nueva York y hoy en día se sabe que existen sucursales en todo el mundo. La firma es famosa por sus joyas de oro con textura y sus objetos de plata. Las piezas anteriores tienen un aspecto atrevido y reconocible, con referencia a los orfebres durante la época del Renacimiento.
