Nací y crecí en La Haya. Desde muy joven supe que tenía que ser escultor. En 1997 me licencié en la Academia de Arte de Enschede (Aki). En el año 2000 me instalé en el pueblo de Bellingwolde en el norte de los Países Bajos. Además de esculpir, abrí una galería de arte con un gran jardín de arte. También trabajé varios años como supervisora en un estudio de arte para personas con discapacidad intelectual. En 2017 me mudé a Noordwolde, cerca de la ciudad de Groningen. Mi impulso interior y mi pasión por crear cosas siempre ha prevalecido sobre cualquier otra cosa. En el año 2006 decidí, por tanto, centrarme en hacer arte. Mi trabajo se muestra regularmente en exposiciones y galerías nacionales e internacionales. La naturaleza, más que cualquier otra cosa, me confronta con la pregunta de qué está presente de manera invisible detrás de todo lo que está vivo. Por esa razón, mis esculturas a menudo contienen partes de formas naturales antiguas, como troncos de árboles, madera petrificada y árboles viejos azotados por el viento. Los materiales duros, el acero frío y la madera curtida contra la intemperie, se oponen al plexiglás claro y ligero. La transparencia de este material ofrece una mirilla literal de lo que también podría ser, una sugerencia de otra realidad silenciosa. En esto, la luz juega un papel importante. Los diferentes tonos de intensidad de la luz del plexiglás dan una visión continuamente cambiante de la imagen visible. En cierto modo, exponen algo de la esencia que hay detrás.
