Mi carrera como pintor comenzó con lo que podría llamarse "compulsión benigna". En 1961 yo era un estudiante de posgrado en la Universidad de Nueva York, Buffalo, estudiando para obtener una licenciatura en literatura y filosofía y aspirando a un empleo en la publicación o en un museo. Para mi sorpresa, el Comité de Titulación me pidió que incluyera alguna forma de expresión artística en mi tesis. ¿Qué hacer? No sabía ni cantar ni bailar. Y, aunque tuve cierta exposición al arte de estudio, tampoco estaba seguro de poder pintar. Sin embargo, tenía algunos puntos de vista sólidos sobre la estética y decidí que se me había dado la oportunidad de demostrar la profundidad de esos puntos de vista.

El resultado fueron 20 lienzos que luego presenté al comité. Esta fue mi primera exposición individual. Los críticos de la ciudad de Nueva York, donde expuse más tarde, etiquetaron mi trabajo como expresionismo abstracto. Ese estilo continúa dando forma a mi trabajo aunque, a lo largo de los años, el tema japonés ha emergido cada vez más como un elemento significativo en mi pintura. Quizás esto no debería sorprender porque, a medida que envejezco, los recuerdos de los días felices de la infancia en mi tierra natal se vuelven cada vez más preciados. A pesar de haber pasado la mitad de mi vida adulta en los Estados Unidos, este reflejo de raíces japonesas se ha vuelto notablemente pronunciado. De hecho, cuando contemplo una obra terminada, a menudo siento que por fin he vuelto a casa después de años de vagar.

Aunque el tema es un elemento importante en mi pintura, no empiezo un lienzo con él. Comienzo con una pincelada fluida y sin compromiso usando cualquier color a la mano. En esta etapa, mi principal preocupación es la composición, porque creo que sirve como la dinámica formal de todo arte. Por ejemplo, si elimina el tema de una pintura y borra el color del ojo de su mente, aún queda un mensaje si la composición es fuerte. En las primeras etapas de una pintura, por lo tanto, trato de construir una buena base de composición. El proceso es como construir un escenario teatral donde luego voy a actuar.