Nikolas Antoniou nació en Larnaca, Chipre. En 2012 se graduó en Bellas Artes en la Universidad de Macedonia Occidental (Grecia). Empezó a dibujar de joven y quería ser arquitecto como su primo. Pero pronto descubrió que no le gustaban los cálculos matemáticos. Durante un viaje de estudios a Hungría entró en contacto con el arte casi por accidente. Tenía dificultades con el idioma húngaro y empezó a tomar clases particulares de arte. Allí se desarrolló rápidamente su pasión por el arte.
Los cuadros de Antoniou no surgen de una idea o tema específico. En cambio, evita conscientemente centrarse en preguntas o respuestas concretas y, en su lugar, crea nuevas imágenes que generan preguntas desconocidas. Así, sin demasiadas reflexiones ni limitaciones y con total libertad, pinta espacios imprecisos y objetos que pueden parecer fuera de lugar tanto por el tiempo como por la dimensión. Objetos que no encajan entre sí y figuras que parecen perdidas en un entorno pintoresco e intenso, pero que al final coexisten e interactúan. El cuerpo humano ha sido un tema fijo durante años y la fuente de inspiración de sus cuadros. Las figuras de sus obras expresan sensaciones de movimiento y están claramente inspiradas en los bailarines contemporáneos que expresan emociones a través de la danza.
El estilo de Antoniou es único. Aunque las figuras humanas suelen ser temas recurrentes, cada cuadro evoca emociones diferentes en el espectador. El artista dice al respecto "Uno de mis profesores siempre decía que el arte es el espacio entre el espectador y el cuadro. Así que ahí es donde está mi arte".
El artista vive y trabaja en Chipre.
