Sobre el artista
Uno de los desarrollos más radicales en el campo del arte, en la década de 1920, fue el nacimiento del modernismo como un nuevo movimiento artístico. Se había convertido en un asunto típicamente holandés gracias a los esfuerzos de Piet Mondrian y Theo van Doesburg, quienes fundaron la revista “De Stijl”, en la que dieron a conocer al mundo sus ideas sobre el arte en general y la pintura... Read moreUno de los desarrollos más radicales en el campo del arte, en la década de 1920, fue el nacimiento del modernismo como un nuevo movimiento artístico. Se había convertido en un asunto típicamente holandés gracias a los esfuerzos de Piet Mondrian y Theo van Doesburg, quienes fundaron la revista “De Stijl”, en la que dieron a conocer al mundo sus ideas sobre el arte en general y la pintura en particular. Y Theo van Doesburg en particular tuvo una gran influencia en la revolución en la visión del arte en la Bauhaus. Tenía que convertirse en un nuevo lenguaje visual accesible, independiente de la realidad, abstracto, geométrico y armonioso. Para pintar esto significó volver a lo básico con líneas limpias y superficies en colores primarios, complementadas con negro, blanco y gris. No verde para evitar cualquier asociación con la realidad. Hasta aquí el pasado en el que se concretó este gran trastorno. Con las ideas de Mondriaan y van Doesburg en su equipaje, Elly Richaerts inició una búsqueda pictórica de las posibilidades constructivistas más básicas que se pueden derivar de las líneas limpias y las superficies angulares del trabajo de Mondrian. La aplicación del “Mensaje de estilo” en sus pinturas se ha convertido para ella en una fuente inagotable de inspiración a pesar de las limitaciones de la geometría básica y el uso primario del color. En cuanto a la paleta de colores, se ha vuelto un poco infiel a la teoría de “de Stijl” al utilizar no solo los colores primarios sino también las tonalidades derivadas de este. Esto me da más posibilidades de componer mi lenguaje visual constructivista en forma y color, dice Elly. Su búsqueda es una historia personal con una elocuencia universal que, siguiendo los pasos de “De Stijl”, conecta el pasado y el presente. El artista no influye en cómo el espectador ve estas obras. La mirada del espectador está determinada individualmente pero también culturalmente, pinturas sin sentido, como las de este artista, exigen una mayor diversidad de perspectivas por parte del espectador. En su vida anterior como pintora, creó pinturas completamente diferentes cuyo contenido era claro: sobre las culturas de pueblos lejanos que conoció en sus vagabundeos por el mundo. Una vez de regreso, incorporó sus impresiones adquiridas en pinturas sobre, por ejemplo, tótems, kimonos japoneses y el culto a los antepasados de las tribus africanas. Pero especialmente el arte geométrico del Islam la fascinaba. ¿Podría ese ya ser el vínculo con su obra de arte contemporánea? Además de la pintura, su segunda pasión es la fotografía de retratos. No del estudio, sino de la carretera, de personas de culturas distintas a las occidentales, en su propio entorno. Cuando regresaba a casa, siempre tenía un "cofre del tesoro" lleno de retratos de personas especiales con las que se sentía conectada. Capturado para el futuro.