Cuando era pequeño, a menudo me tumbaba en el suelo viendo la televisión y copiaba las portadas de Suske en Wiske. Me encantó hacerlo porque eran muy coloridos y bien dibujados. Más tarde comencé a dibujar cada vez más y también inventaba personajes de dibujos animados, especialmente durante las clases escolares, lo que me parecía aburrido.

Cuando tenía unos 15 años también comencé a pintar paisajes y salía con una gorra alpina en la cabeza y me sentía como un verdadero artista. Instalé mi caballete en plena naturaleza y comencé a pintar al estilo Van Gogh y los impresionistas que amaba. En la escuela de arte pensé que era una gran fiesta porque podías pasar todo el día pintando y nos divertíamos mucho juntos. Allí aprendí todo tipo de técnicas de mis profesores y aprendí mucho sobre historia del arte.

Actualmente vivo y trabajo en Ámsterdam y pinto retratos de amigos, gente de la ciudad o celebridades, pero también me encanta jugar con emojis de nuestra era moderna y buscar nuevas formas de expresión.