Sobre el artista
Miquel Aparici (Barcelona, 1963) estudió en la Escuela Massana de Barcelona e inició su trayectoria profesional como diseñador gráfico, una labor que compaginó con la redacción de guiones para cómics y televisión. A finales de los 90 emprendió su aventura artística, con la creación de una original colección de pinturas de animales elaboradas con café y azúcar, que expuso por primera vez en la galería 3ArtBcn.
Más tarde, decidió afrontar un nuevo reto: convertir sus dibujos en seres en tres dimensiones, utilizando utensilios de antiguos oficios artesanos, así como moldes y objetos en desuso de madera y metal, mediante la técnica del assemblage. Desde entonces ha elaborado más de 350 piezas, que representan todo tipo de animales de diferentes formas y medidas, desde un elefante a tamaño natural hasta pequeños insectos. Utilizando la misma técnica, también encontramos entre sus esculturas instrumentos musicales, cohetes, máscaras y una colección de “libros secretos”.
Además de exponer en diversas galerias de Barcelona (Renè Metras, Jordi
Barnadas, Loft, Llucià Homs, Montcada, Art Windows, Victor Lope, Villa del arte galleries entre otras), la obra de Miquel Aparici ha viajado a otras ciudades de todo el mundo (New York, Copenhague, Friburgo, Madrid, Viena y Milán), y se ha expuesto en ferias internacionales, como ART Bodense (Àustria), ART Copenhaguen (Dinamarca) y Art Fair de Cologne (Alemanya), y lugares inéditos, como el Museo de Ciencias Naturales de Barcelona y el Templo de la Sagrada Familia, que en 2005 reunió una curiosa selección de diversas piezas inspiradas en los animales esculpidos por Gaudí. Otros espacios que han acogido recientemente una exposición de su obra son la Fundación Cristina Enea (San Sebastián), el Centro Cultural Miramar de Sitges (Barcelona) y el Museo de Ciencias Naturales de Madrid.
Sus esculturas ponen a prueba la imaginación del espectador, porque muestran objetos conocidos en un contexto diferente al habitual, y desempeñando una función distinta, lo que les confiere una nueva identidad. De ese modo, apelando al ingenio y al sentido del humor, el artista se gana la complicidad del público y le invita a participar en su propio juego, que consiste en recrear la realidad y transformarla en… arte.