Sobre el artista
John Nieland (1966) nació en Baflo, Groningen, Holanda y creció en Friesland. De niño ya se reconocía su talento creativo. Por un breve período asistió a la Academia de Arte Rietveld en Amsterdam. Sintió que la forma académica de trabajar obstruía su propio estilo, por lo que decidió seguir su propio camino.
Su trabajo está inspirado en CoBrA, abstracto, expresivo y surrealista. En sus coloridos y grandes lienzos trabaja con gruesas capas de pintura, expresando emociones del pasado. Las múltiples capas hacen que la obra de arte sea más compleja de lo que cabría esperar a primera vista. Más cuadros de uno se esconden bajo la superficie. Cada uno con su propia historia, emoción, secreto, potente y renovador. La expresión por el arte es una necesidad de vida para Nieland.
En 1996 Nieland fundó el grupo de artistas Lamütta, en Amsterdam. El grupo estaba formado por artistas, compositores, cineastas, diseñadores de moda y diseñadores, como Herman Brood, Karel N.L. Grazell y Edwin Donders.
Su primera exposición se llevó a cabo en el Café de Duvel en Amsterdam en 1996. Desde entonces se sucedieron una gran cantidad de exposiciones tanto nacionales como internacionales, en Japón, España, Bélgica y los Países Bajos.
Durante mucho tiempo, Nieland trabajó en el negocio de la música para sellos discográficos como productor. Junto a la música, la pintura siguió siendo su mayor pasión.
En 2018, el gobierno japonés lo invitó a un proyecto de intercambio de arte, junto con la embajada holandesa.
Nieland: El arte se origina en mi cabeza. Mi creatividad es un espejo de mis experiencias y pensamientos. Todo lo que hago está conectado con el momento. A menudo puedes encontrar mis sueños en el trabajo o cierta emoción que estoy experimentando en ese momento.
Cobra siempre me ha inspirado, trabajo desde el mismo principio que los artistas de este grupo. Haciendo arte como en un lío, en mi subconsciente. La pintura es mi herramienta. Mis creaciones traen un mensaje personal.
Las figuras y el uso de colores en mi trabajo pueden despertar una fantasía dormida. Me gustaría que la gente volviera a soñar. No puedes hacer que mi trabajo quepa en una caja. Nunca me esforcé por la perfección y mi trabajo nunca ha sido perfecto y nunca lo será. Soy feliz cuando mi trabajo grita y tiene su propio lenguaje. Este es el momento en que puedo dejarlo ir.